El que crea que la Plaza Mayor de Madrid es el único enclave castizo para consumir los típicos bocadillos de calamares es porque no conoce el bar El Pescador. Para comprobarlo, basta acudir cualquier domingo, día de Rastro, para confirmar que no cabe un alfiler en el local. Situado en plena Puerta de Toledo, El Pescador lo funda en 1892 Domingo Mollejo, frente al entonces antiguo matadero de ganado vacuno. Este matadero fue demolido en 1930 y sustituido por el Mercado Central de Pescado de Madrid, hoy convertido en el Centro Puerta de Toledo. Tras Mollejo, pasa a regentar el bar Arturo Torregrosa, que lo conserva hasta 1947, fecha en que lo adquiere Cruz Benito, abuelo de la tercera generación de la familia Benito que regenta el negocio en la actualidad: de 1960 hasta el año 2000 dirigió el establecimiento José Benito padre, mientras el siglo veintiuno entraría con José Benito hijo al frente de El Pescador. Bar clásico de raciones (de los ya nombrados calamares, de bravas, de caracoles, de callos…), de cañas bien tiradas, de vermú de grifo, de vinos de Rioja o de Ribera, de barra castiza, de terraza todo el año, de trato cordial y saber hacer. Así es El Pescador.