Cafés La Mexicana, 1890

A finales del siglo XIX, una mexicana se trasladaba a España para visitar el país de sus padres. Una vez en Madrid, deslumbrada por la vida de esta ciudad tan alegre y acogedora, aquella mujer de la que nadie logra recordar su verdadero nombre, se instala definitivamente allí.

Con una pequeña fortuna en el bolsillo y ganas de comenzar una nueva vida, decide emprender un negocio. Se hace con una tiendecita en la madrileña calle de Preciados y allí comienza a vender café. Más tarde la tienda pasará a ser conocida como la de La Mexicana. El café que vendía no era propio, uno de sus principales suministradores de café fue José Rodríguez, el abuelo del actual Director de La Mexicana, Juan Rodríguez.

José Rodríguez se quedó huérfano cuando era muy niño y comenzó a trabajar en los más variados empleos para poder sobrevivir. Compraba judías en El Barco de Ávila y las vendía en Madrid, traía vino de Arganda y se lo compraban los curas para la misa. En una ocasión una persona le pagó con un saco de café porque no tenía otra cosa que ofrecerle y así empezó su nuevo oficio, tostando ese café. En sus inicios lo hizo a mano, en el patio de su casa, de una manera totalmente artesanal. Los vecinos, seducidos por el intenso aroma, fueron sus primeros clientes y el arte de José para tostar café empezó a darle fama por todo el barrio.

La Mexicana y José colaboraron durante muchos años y su relación fue de mutuo aprecio y respeto, tanto es así que la señora expresó su deseo de que fuera él quien continuara con su labor en la tienda una vez ella no estuviera. Tras mucho esfuerzo, poco a poco José fue adquiriendo el negocio a principios de los años 30. De esta manera, La Mexicana pasa a manos de la familia Rodríguez.

A partir del año 79 y tras el éxito de sus primera tienda, La Mexicana comienza su proceso de expansión, una expansión que se produce por la demanda de los clientes. En el día de hoy podemos encontrar hasta 17 establecimientos repartidos por Madrid, León, Salamanca y Toledo, y es conocida en todas estas ciudades por el inconfundible aroma de su café recién tostado.

Es tal su éxito que la tienda de la calle Preciados obtuvo el premio Guinnes de los Récords por ser la tienda que más café vende en el mundo.

Esta es la particular historia de una empresa, Cafés La Mexicana, que se creó gracias al esfuerzo de dos personas ilusionadas por obtener el mejor café.